¿Habéis visto la película Memorias de una geisha? ¿Recordáis la escena en la que una niña corre bajo una galería de arcos rojos? Se trata del santuario sintoísta de Fushimi Inari, a las afueras de Kioto.
Este mágico parque permanece abierto las 24 horas del día y además es gratis. Para llegar debéis tomar la línea local de tren JR dirección Nara y bajar en la estación de Inari, a diez minutos de Kioto. No cojáis la línea rápida, porque no hace parada aquí. Yo visité el lugar al regresar del Templo Todaiji, pues cae de camino.
Nada más apearos del tren veréis la entrada al santuario dedicado a Inari, dios del arroz. Los perros con una llave en la boca, llamados kitsune, son los guardianes de la cosecha. En este parque hay miles de puertas rojas, la mayoría de madera, donadas por los comerciantes en agradecimiento a su dios protector. Dichas puertas reciben el nombre de torii y son un símbolo sintoísta.
El paseo a través de las galerías resulta muy agradable porque el paisaje es frondoso. Se puede subir hasta la cima del monte para contemplar desde allí las vistas de la ciudad de Kioto, aunque a mí se me hizo de noche y además estaba lloviendo, así que no llegué tan lejos. Aun así, la caminata me llevó casi un par de horas, haciendo descansos en los espacios dedicados a la oración, donde los foráneos dejan sus plegarias anotadas en unos papelitos que se quedan allí colgados, o bien en unas mini puertas torii tamaño souvenir.
Si tu estancia en Japón va a ser breve y necesitas hacer una lista de visitas imprescindibles, Fushimi Inari debe estar en tu top 5.