Sin ánimo de ofender a los pacenses, creo que Badajoz no es una de las ciudades más bonitas de nuestro país. Pero hay que saber exprimir cualquier lugar que se visite y en Badajoz he encontrado varios rincones que verdaderamente merecen la pena. He aquí un resumen con imágenes:
Catedral de San Juan Bautista: sus líneas rectas le hacen asemejarse a un castillo. Se sitúa en la Plaza de España, junto al ayuntamiento. En dicha plaza disfruté de bares de tapeo.
Puente de Palmas: este puente peatonal sobre el Guadiana es el más antiguo de la ciudad y data del siglo XV. Recomiendo un agradable paseo por los márgenes del río, donde me crucé a deportistas en bici o corriendo.
Puerta de Palmas: junto al puente del mismo nombre, esta puerta formada por dos robustos torreones daba acceso a la antigua muralla.
Plaza Alta: conocida por ser el lugar donde se celebra la fiesta de los “Palomos cojos”, antaño era el centro neurálgico de la ciudad y albergaba el mercado. Me recordó a la plaza de Córdoba.
Torre de Espantaperros: también llamada Torre de la Atalaya, se ubica en el acceso a los Jardines de la Galera. De origen almohade, mide 20 metros, por lo que sobresale de la alcazaba y de los edificios colindantes en el casco antiguo.
La Alcazaba: la Alcazaba de Badajoz es la fortificación musulmana más grande de Europa. Dentro de esta ciudadela actualmente encontramos un museo y la facultad de Ciencias de la Información.
Ya sabes: aunque una ciudad no resulte espectacular, siempre encontrarás algún monumento interesante. Y si quieres pasar un día de ocio en Badajoz, en el centro comercial El Faro encontrarás una amplia oferta de tiendas y restaurantes.